Poema para un ángel
Bendecida tú, que eres el respirar de las aves
que en el aire bailan al compás de tu pensamiento.
Bendecida tú que
suspiras desde el corazón emanando pureza y rectitud frente a lo que otros
llaman adversidad.
Bendecida tú siempre
serás porque en tu alma hay un suspiro puro de cálido abrazo y miras el fondo
de lo que en verdad es valioso.
Hoy es un día donde todo
tu ser se luce ante el brillo de algo más que un baile, se luce frente a lo
imposible porque eres una luz en este mundo de tinieblas.
Hoy, princesa demuestra
tu figura la más hermosa flor que en el campo nace porque nace pura y sin
mancha.
Nadie podrá opacar tu
grandeza porque tu corazón vibra solo con el poder del amor del Padre que creó
todo lo que es.
Tu mirada se funde con
las personas que te aman ya y se fijan en el corazón de todo aquel que te
conoce y que te conocerá.
Nadie puede huir de tu
grandeza y de tu divinidad porque eres libre de la maldad del mundo. Tu pureza se derrama sobre todo aquel que
logra ver en tus ojos el brillo de la luz divina.
Bendecida eres y bendito
aquel que logra conocerte y amarte porque tuyo es el Reino de Dios. Niña siempre y santa siempre, pocos son los
seres que así permanecen.
El cielo te pertenece y
el universo hoy brilla más porque celebra contigo el día en que llegaste a este
mundo vestida con el traje de Dios.
!Felicidades, Paola!
De una persona que reconoce en ti la grandeza del
Padre, Leida
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